Somos una familia con dos hijas y hace unos años decidimos buscar un pueblo tranquilo donde construir nuestra casa y ver crecer a nuestras hijas en un entorno bonito y acogedor. Después de un año de búsqueda nos decidimos por Lladó y ahí hemos construido nuestro hogar.
Unos años mas tarde decidimos transformar unas naves en desuso en confortables viviendas siguiendo criterios de sostenibilidad, recogida de agua de lluvia, depuración el agua gris para riego, placas solares para agua sanitaria, ventilación cruzada y cubierta vegetal.
El resultado son tres acogedoras viviendas que gracias a su forma redondeada y a la cubierta vegetal se integran perfectamente en el paisaje. Queríamos tener la sensación de que la naturaleza entraba dentro de la casa y así, gracias a los grandes ventanales, desde cualquier lugar de la casa estás en contacto con el exterior y la naturaleza.
Porque es un pueblo precioso que nos encanto desde el primer momento y con gente encantadora que nos hicieron sentir immediatamente parte del pueblo. Pero lo primero que nos enamoro fue el paisaje, el entorno y su situación privilegiada. Aun hoy después de varios años, a menudo comentamos lo privilegiados que somos por vivir en un lugar tan bonito.
En las casas podrás disfrutar de una ducha con jardín interior, relajarte en el porcho Chill Out o simplemente descansar en cualquier estancia de la casa y disfrutar de las vistas al exterior. Edificadas en un suave montículo disfrutan de unas bonitas vistas sobre la comarca y espectaculares amaneceres.